lunes, 1 de agosto de 2016

MI VISION DE FAMILIA



Hay una frase muy conocida de Walt Disney, que dice: “Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr”, son muchos los ejemplos de vida que tengo, de las cosas que he imaginado y que hoy me llenan de satisfacción por haberlas logrado.

Si cerraras tus ojos en este momento, ¿cómo imaginas que sea tu familia?, ¿cómo imaginas tu relación de matrimonio? ¿Cómo imaginas la relación con tus hijos? ¿Cómo imaginas a tus hijos ya grandes?, ¿cómo es la relación entre ustedes, en tu imaginación? detenerse a pensar en todo esto, nos ayuda a proyectar la familia que queremos forjar y por tanto a tener una visión de lo que queremos como familia.

Tener una visión clara de lo que queremos como familia, es lo que hasta ahora nos ha enfocado en la dirección en que encaminamos nuestros pasos, por ejemplo, para Lerso y para mi es vital que nuestros hijos conozcan a Dios, que tengan fe en El, por lo que en su rutina diaria hemos integrado diferentes hábitos para que ellos crezcan en la fe, por otro lado para nosotros es importante darles la oportunidad de que se destaque en algún deporte, y que puedan aprovechar todo lo que les ofrece practicarlo, por lo que hemos explorado con ellos diferentes disciplinas, hasta descubrir con la que más se identifica cada uno de ellos.

Tener una visión como familia es muy importante, pero más importante aún son las acciones que nos llevan a eso que está en nuestra imaginación. La familia que imaginamos, debemos comenzar a hacerla ahora, dar los pequeños pasos que sin darnos cuenta nos permitirán llevar la imaginación a la realidad.

Muchos son los planes que tengo con mi familia, los cuales me llenan de ilusión y me mantienen constantemente en acción, buscando actividades y cosas que hacer para cultivar nuestra comunicación, para unirnos más, para disfrutar desde las cosas más sencillas, hasta la aventuras más elaboradas, para llenar las vidas de nuestros hijos de momentos memorables, pero también de hábitos que los hagan seres humanos seguros de sí mismos, felices y a la vez sensibles a las necesidades de quienes les rodean.

Hoy me imagino sentada a la mesa, compartiendo una rica comida con mi esposo, mis tres hijos y sus novias y novio, por eso desde ahora, andamos buscando un comedor de ocho sillas, para cuando llegue ese momento en que nos sentemos los ocho, porque para ese entonces los hábitos que hoy estamos cultivando, nos harán querer estar juntos y disfrutar de una larga conversación en casa.
 
Isabel Hidalgo

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