Hay una frase muy conocida de Walt Disney, que dice: “Si lo puedes
imaginar, lo puedes lograr”, son muchos los ejemplos de vida que tengo, de las
cosas que he imaginado y que hoy me llenan de satisfacción por haberlas
logrado.
Si cerraras tus ojos en este momento, ¿cómo imaginas que sea tu familia?, ¿cómo
imaginas tu relación de matrimonio? ¿Cómo imaginas la relación con tus hijos? ¿Cómo
imaginas a tus hijos ya grandes?, ¿cómo es la relación entre ustedes, en tu imaginación?
detenerse a pensar en todo esto, nos ayuda a proyectar la familia que queremos
forjar y por tanto a tener una visión de lo que queremos como familia.
Tener una visión clara de lo que queremos como familia, es lo que hasta
ahora nos ha enfocado en la dirección en que encaminamos nuestros pasos, por
ejemplo, para Lerso y para mi es vital que nuestros hijos conozcan a Dios, que tengan
fe en El, por lo que en su rutina diaria hemos integrado diferentes hábitos
para que ellos crezcan en la fe, por otro lado para nosotros es importante
darles la oportunidad de que se destaque en algún deporte, y que puedan
aprovechar todo lo que les ofrece practicarlo, por lo que hemos explorado con
ellos diferentes disciplinas, hasta descubrir con la que más se identifica cada
uno de ellos.
Tener una visión como familia es muy importante, pero más importante aún
son las acciones que nos llevan a eso que está en nuestra imaginación. La familia
que imaginamos, debemos comenzar a hacerla ahora, dar los pequeños pasos que
sin darnos cuenta nos permitirán llevar la imaginación a la realidad.
Muchos son los planes que tengo con mi familia, los cuales me llenan de ilusión
y me mantienen constantemente en acción, buscando actividades y cosas que hacer
para cultivar nuestra comunicación, para unirnos más, para disfrutar desde las
cosas más sencillas, hasta la aventuras más elaboradas, para llenar las vidas
de nuestros hijos de momentos memorables, pero también de hábitos que los hagan
seres humanos seguros de sí mismos, felices y a la vez sensibles a las
necesidades de quienes les rodean.
Hoy me imagino sentada a la mesa, compartiendo una rica comida con mi esposo,
mis tres hijos y sus novias y novio, por eso desde ahora, andamos buscando un
comedor de ocho sillas, para cuando llegue ese momento en que nos sentemos los
ocho, porque para ese entonces los hábitos que hoy estamos cultivando, nos harán
querer estar juntos y disfrutar de una larga conversación en casa.
Isabel Hidalgo
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