lunes, 29 de agosto de 2016

PAPA TAMBIEN PUEDE



Es cierto que la maternidad es algo hermoso, instintivo y demandante y es por esta razón que la mayoría de las mujeres al convertirnos en madres, volcamos toda nuestra atención en esa criatura preciosa fruto de nuestras entrañas, dejando a un lado a quien participo igualmente para que ese proyecto llamado hijo, fuera una realidad.
Por otro lado, La cultura machista en la cual vivimos contribuye con que sea la mujer la que se encargue completamente del bebe, porque “esas son cosas de las mujeres”, porque así nos acostumbró el sistema en el cual crecimos.
Nos toca a las madres desprendernos un poco y motivar un ambiente en el cual el padre se sienta igualmente incluido en el cuidado del bebe. Nos toca provocar que padre e hijo tengan su espacio de compartir y compenetrarse, pero más importante nos toca a ambos sacar nuestro espacio, para hablar, para compartir, nosotros dos solos.
En el álbum de mi hija mayor tengo una foto donde se ve el pañal al revés, abrochado para atrás,  ese es un lindo recuerdo del primer cambio de pañal que le hizo su papa a los 3 días de nacida, igual tengo fotos de Lerso bañando a uno de nuestros hijos en el segundo día de nacido.
Cuando el padre se involucra de esta forma en el cuidado del bebe, queda más tiempo y disposición para que la pareja comparta un tiempo a solas.
Para los hijos, será muy bueno que papa y mama estén bien, porque eso nos dará la capacidad emocional de poderles entregar a ellos lo mejor de nosotros y así crecerán en un sistema que les enseñará una forma correcta de ser pareja.
Cuando los hijos crecen en un ambiente de amor y armonía entre los padres, son más seguros y felices.
Isabel Hidalgo

lunes, 22 de agosto de 2016

RETOS DE LA CRIANZA DE HOY



RETOS DE LA CRIANZA DE HOY
Dentro de todos los retos que los padres de hoy día nos enfrentamos hay dos grandes realidades, que son: la cantidad de información a la cual nuestros hijos están expuestos, y que ambos padres no estamos en la casa porque debemos salir a trabajar.
Con la cantidad de tiempo que nuestros hijos están siendo bombardeados con contenidos e informaciones de la televisión, en los celulares, en la tablets con el internet, los amigos, etc., y sin nuestra orientación oportuna para ayudarles a interpretar y discernir, fácilmente que se nos va de la mano la crianza y los valores que queremos establecer en nuestra familia.
A continuación, expongo unas cuantas ideas y/o tips, que nos pueden servir para enfrentar dichos retos:
1-      Tener reglas con respecto al tiempo y el horario para ver la televisión, usar tablets, celulares, etc.
2-      Mientras estamos sentados a la mesa comiendo, no está permitido tener aparatos electrónicos, incluidos papá y mamá.
3-      Tenerlos en actividades extracurriculares, como deportes, artes, música, etc.
4-      Motivarlos a leer libros
5-      Llamar a la casa con cierta frecuencia, para saber cómo están
6-      Hacerles saber que las reglas son particulares de nuestra familia, por lo que no hay porque compararnos con otra
7-      Explicar el porqué de las reglas
8-      Conversar muuuucho
9-      Tirarnos en el piso con nuestros hijos, jugar
10-   Demostrarles todos los días con palabras y caricias cuando los amamos
11-   Prestarles atención siempre que nos llaman.
12-   Hablarles sobre las consecuencias de no cumplir las reglas establecidas en la familia
13-   Confiar en nuestros hijos y hacerles saber que confiamos en ellos
14-   No decirles mentiras, hablarles siempre con la verdad, aunque sea doloroso para ellos
15-   Hacerles saber que papa y mama siempre estarán para lo que ellos necesiten
16-   Dejarles claro cuáles son sus responsabilidades, con respecto a las asignaciones de la escuela, organización, cuidado de sus pertenencias, etc.
17-   Admitir cuando nos equivocamos y pedirles perdón
Estos son solo algunos tips que nos ayudan a establecer una relación fuerte y cercana con nuestros hijos, de manera que podamos tener control de su aprendizaje, crecimiento y madurez, y así contrarrestar los retos de las influencias que reciben y el poco tiempo que los padres pasamos con ellos.
Isabel Hidalgo

martes, 9 de agosto de 2016

NO ES DINERO LO QUE NECESITAMOS


En la sociedad en la que vivimos hoy, es muy fácil dejarse influenciar por el consumismo y las necesidades innecesarias que creemos tener, es por esto que pensamos que hay que “trabajar muuuucho”, y crecer profesionalmente, para poder sustentar “todo lo que necesitamos”.

En mi artículo publicado un par de semanas atrás, decía que requiere trabajo y sacrificio tener una familia sana, y no me refiero al trabajo de conseguir lo económico, sino de darles amor, conversar con nuestra pareja, con nuestros hijos. Lo que necesitamos es establecer reglas, inculcar valores, escuchar y consolar, corregir y poner consecuencia, que nuestros hijos cuenten con un papa y una mama presentes y de esta manera formar seres humanos seguros de sí mismos, felices, humildes, con sentido común.

Cuando mi hija mayor tenía casi dos años, completando el formulario para inscribirla en el prescolar, una pregunta me hizo caer en la cuenta del poquito tiempo que tenía cada día para formar a mis hijos: aproximadamente 1 hora en la mañana antes de ir a la escuela, 1 hora al medio día (los que tenemos la dicha de poder almorzar en casa), 2 horas y medias más al final de la tarde, antes de que se duerman.

Con 4 horas y medias de lunes a viernes, hay que tener muy claro, lo que queremos lograr con nuestra familia, estableciendo rutinas bien cargadas de amor, cariño y educación, aprovechando cada momento del día para interactuar con nuestros hijos, orientarlos, expresarles nuestro amor y en definitiva ser unos padres presentes.

Sin duda alguna todos los padres queremos lo mejor para nuestros hijos, sin embargo el hecho de tener que trabajar para suplir las necesidades de la familia, muchas veces nos hace enfocarnos en producir lo material, quitándonos tiempo para ocuparnos de nuestra pareja, de nuestros hijos, y lo que hacemos es complacer sus caprichos materiales, para de alguna manera compensar nuestra ausencia.

Para lograr tener una familia sana, es necesario tener nuestra visión de familia y enfocarnos en la misma, a sabiendas de que lo mejor que podemos dar no se compra con dinero.
 
Isabel Hidalgo

lunes, 1 de agosto de 2016

MI VISION DE FAMILIA



Hay una frase muy conocida de Walt Disney, que dice: “Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr”, son muchos los ejemplos de vida que tengo, de las cosas que he imaginado y que hoy me llenan de satisfacción por haberlas logrado.

Si cerraras tus ojos en este momento, ¿cómo imaginas que sea tu familia?, ¿cómo imaginas tu relación de matrimonio? ¿Cómo imaginas la relación con tus hijos? ¿Cómo imaginas a tus hijos ya grandes?, ¿cómo es la relación entre ustedes, en tu imaginación? detenerse a pensar en todo esto, nos ayuda a proyectar la familia que queremos forjar y por tanto a tener una visión de lo que queremos como familia.

Tener una visión clara de lo que queremos como familia, es lo que hasta ahora nos ha enfocado en la dirección en que encaminamos nuestros pasos, por ejemplo, para Lerso y para mi es vital que nuestros hijos conozcan a Dios, que tengan fe en El, por lo que en su rutina diaria hemos integrado diferentes hábitos para que ellos crezcan en la fe, por otro lado para nosotros es importante darles la oportunidad de que se destaque en algún deporte, y que puedan aprovechar todo lo que les ofrece practicarlo, por lo que hemos explorado con ellos diferentes disciplinas, hasta descubrir con la que más se identifica cada uno de ellos.

Tener una visión como familia es muy importante, pero más importante aún son las acciones que nos llevan a eso que está en nuestra imaginación. La familia que imaginamos, debemos comenzar a hacerla ahora, dar los pequeños pasos que sin darnos cuenta nos permitirán llevar la imaginación a la realidad.

Muchos son los planes que tengo con mi familia, los cuales me llenan de ilusión y me mantienen constantemente en acción, buscando actividades y cosas que hacer para cultivar nuestra comunicación, para unirnos más, para disfrutar desde las cosas más sencillas, hasta la aventuras más elaboradas, para llenar las vidas de nuestros hijos de momentos memorables, pero también de hábitos que los hagan seres humanos seguros de sí mismos, felices y a la vez sensibles a las necesidades de quienes les rodean.

Hoy me imagino sentada a la mesa, compartiendo una rica comida con mi esposo, mis tres hijos y sus novias y novio, por eso desde ahora, andamos buscando un comedor de ocho sillas, para cuando llegue ese momento en que nos sentemos los ocho, porque para ese entonces los hábitos que hoy estamos cultivando, nos harán querer estar juntos y disfrutar de una larga conversación en casa.
 
Isabel Hidalgo