Contar con la
confianza de nuestros hijos, es un valor que facilita en gran medida el proceso
de crianza, desarrollo y crecimiento de nuestros tesoros.
Que los hijos confíen
en los padres es algo que se va construyendo desde que nacen, desde el momento
en que los abrazamos en nuestro regazo, haciéndoles sentir seguros, protegidos
y amados, desde el momento en que atendemos sus necesidades sin dejarles llorar,
y es así como, con acciones muy naturales y transparentes, vamos logrando que
nuestros hijos confíen en papá y mamá.
Me llaman la atención los
padres que salen a escondidas de su casa, para que el niño no llore, esto,
lejos de evitarles un sufrimiento, les crea sentimientos de inseguridad, duda,
abandono; si nos ponemos en el lugar de nuestros hijos, él bebe se queda con la
sensación de que papá y mamá desaparecen y aparecen de un momento a otro, se
van y me dejan sin decirme nada. Aun cuando no sepan hablar y solo utilicen su
llanto para expresarse, los niños, necesitan que papá y mamá les expliquemos y
les dejemos con la tranquilidad de que nos vamos, te amamos y regresamos más
tarde.
Mentirles a nuestros
hijos para evitarles frustración, también hace que no crean en nosotros sus
padres, es mejor concientizarlos y validar sus sentimientos al respecto de la
situación, animándolos a superarlo y continuar.
Ganar la confianza de
nuestros hijos se logra en el día a día, cuando cumplimos lo que prometemos, así
sean premios, paseos, sorpresas, consecuencias. Por sencilla o trivial que nos
parezca la promesa que hemos hecho es importante que cumplamos con lo prometido,
si no estamos seguros de poder cumplir, es mejor no comprometernos y decirles
que haremos los posible, pero que no estamos seguros, pero ojo, sin abusar de
esta opción.
Darles importancia a
los sentimientos de nuestros hijos, también nos ayuda a ganarnos su confianza,
en ocasiones escucho padres que les reprochan a sus hijos porque lloran o se
frustran por alguna situación; como padres debemos entender que, a su edad,
esos son los problemas que ellos enfrentan y para ellos son grandes, por lo que
debemos hacerles sentir que cuentan con nuestro apoyo y que les entendemos, que
somos empáticos con su situación.
Tener una buena
comunicación con nuestros hijos es básico para que ellos confíen en nosotros, y
en este sentido, motivarles a hablar y que nos cuenten lo que les pasa, así
como compartirles, lo que se pueda, de nosotros también, ayuda a que se cree
confianza.
Cuando nuestros hijos
confían en nosotros, es más fácil encaminarlos por donde nos hemos propuesto
como familia. Los hijos que confían en sus padres son más seguros, aprenden a
esperar el momento correcto, son más asertivos, tolerantes y maduros de acuerdo
con su edad.
Coach Isabel Hidalgo
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