El matrimonio, es una de las relaciones más sensibles
que podemos tener, porque es la más íntima e intensa en el compartir, y como
cada matrimonio está compuesto por dos personas imperfectas, no hay manera de
que todo sea siempre color de rosas.
Cuando tenemos disgustos, peleas, diferencias
repetidas de una manera constante, cuando no prestamos atención, y no sanamos
una a la vez, conforme se van presentando, los matrimonios se desgastan y caen
en crisis.
Muchas veces vemos matrimonios que se rompen
por ¨tonterias¨, sin embargo, esas ¨tonterias¨ son producto de una serie de sucesos
que fuimos dejando pasar sin darle importancia, y cuando vinimos a darnos
cuenta, pasó algo que colmó nuestra paciencia, nuestra tolerancia, nos hizo sentir
tristes y nos llevó a tomar la decisión que parecía más conveniente, el
divorcio.
Así como nos preocupamos porque nuestra casa o
nuestro auto este limpio, para sentirnos cómodos, debemos ocuparnos también,
por ir trabajando nuestro matrimonio, de manera que cuando surgen los
inconvenientes conversemos, lleguemos a acuerdos y asumamos ambos el compromiso
de mejorar.
En una relación de matrimonio, ambos somos
responsable de la trascendencia que tengan nuestras diferencias en nuestra vida
matrimonial. Habrá ocasiones en que podremos sentarnos y conversar sobre algún
disgusto y llegar a superarlo, pero habrá otras en la que estemos tan
lastimados que necesitemos la ayuda de un tercero, que de una manera imparcial
nos ayude a ponernos de acuerdo.
Cuando buscamos ayuda de un tercero, deben ser
personas neutras, que no vayan a estar a favor de uno o del otro, y que, además,
tengan valores similares a los nuestros, que crean en el matrimonio, por
ejemplo, es básico.
Situaciones más complejas requieren ayuda de un
psicólogo o un terapeuta, idealmente con referencias en cuanto a sus valores e ideología.
En definitiva, debemos ser cociente de que:
-
Los
matrimonios tienen sus diferencias, las cuales debemos atender en el momento en
que surgen y superarlas.
-
Cada
diferencia superada nos ayuda en nuestro crecimiento y madurez como matrimonio.
Nos fortalece.
-
Cuando
las diferencias no son superadas y se dejan acumular, nos hacen caer en crisis.
-
Hay
situaciones en el matrimonio en las cuales necesitamos ayuda, y es una decisión
muy inteligente por parte de la pareja buscarla antes de que empeore.
-
En
unas ocasiones con la ayuda de una persona o pareja neutra para ambos, podemos
salir de la situación, en otras se necesita una ayuda profesional.
Lo importante es hacer todo lo que esté a
nuestro alcance para que nuestro matrimonio sea el que soñamos, el que
merecemos.
Isabel Hidalgo
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