Es muy
común que con el inicio de año sintamos la motivación de hacer planes, de
proponernos metas, propósitos, en fin, que un nuevo año despierta en muchos el
empuje para lograr cosas en su mayoría materiales, seguidas por bajar de peso,
hacer ejercicios, terminar o comenzar estudios, etc.
Para
establecer nuestros planes del año, es importante tener definido cuál es
nuestra visión, cual es nuestro propósito de vida y cuáles son nuestros
valores, estar claro en todo esto, nos ayuda a hacer planes que nos acerquen
cada día a tener logros que verdaderamente nos llenan y le dan sentido a
nuestra vida.
En muchas
ocasiones entendemos que son los logros materiales los que nos van a hacer feliz,
sin embargo, cuando conseguimos eso que entendíamos nos haría feliz, luego queremos
otra cosa, y es así como nuestra felicidad se hace efímera y superflua, dependiendo
siempre de algo material.
A parte de
los objetivos materiales, debemos aspirar a logros que no son tangibles, como
los espirituales, es necesario plantearnos metas que nos ayuden a cultivar
nuestro interior, a madurar, a trabajar nuestra inteligencia emocional, hábitos,
actitudes, relaciones con nuestros seres queridos, pues son estos, los logros
que nos van a permitir tener una vida más plena y una estabilidad emocional que
nos ayude a alcanzar y disfrutar nuestros logros materiales.
Trazar metas en
base a esto, va a dar mayor sentido a nuestras vidas, nos hará seres humanos más
íntegros y emocionalmente estable, lo que facilitará los logros en los demás ámbitos
de nuestra existencia.
Isabel Hidalgo
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