martes, 9 de mayo de 2017

NUESTRAS DECISIONES

Cada paso que damos en la vida, cada decisión que tomamos tiene una trascendencia en nuestro presente y en nuestro futuro, los resultados de las decisiones que tomamos pueden ser tanto positivos, como negativos, lo cierto es que después que nos casamos estos resultados nos impactan a ambos.
Cuando nos hacemos adultos, y económicamente independiente, una de las experiencias que más disfrutamos es tener la libertad de tomar decisiones por nosotros mismos, podemos experimentar que somos soberanos de nuestra propia vida, sentimos que crecimos, y esto hace que tomar decisiones y dar pasos según lo que nos dicta nuestra conciencia, quizás pidiéndole opinión a algunos a nuestro al rededor, se hace un habito “al que tenemos derecho”.
Cuando nos casamos, uno de las primeras costumbres que tenemos que cambiar, es precisamente ese de tomar decisiones solos, y hay que entender que este es un sacrificio de ambos, no de uno solo, y hablo de sacrificio porque los hábitos y costumbres cuesta cambiarlos, pero cuando se quiere, se puede.
De casados cambian muchas cosas y una de ellas es que no es mi decisión, ni tu decisión, de casados es nuestra decisión, porque por insignificante que consideremos que sea, todo nos afecta a ambos.
Decisiones, como cambiar mi auto, renunciar a un trabajo, dejar de estudiar, prestar dinero a un familiar o amigo, llevar invitados a la casa, y un sin número más, afectan al matrimonio, por lo que ambos deben tener participación en las mismas.
Tomar decisiones en conjunto, es uno de los grandes hábitos que traen unidad en la pareja, sentarnos los dos a analizar las opciones, a evaluar los riesgos e implicaciones, a ponernos de acuerdo, nos trae paz, porque ambos nos hacemos responsables de las consecuencias y de este proceso surgen los proyectos que nos mantienen en la misma sintonía y que aportan sentido a nuestra relación.
Isabel Hidalgo
Sigueme en mi fanpage
Master Family DR